Al fín sábado a la noche. Día en
el que pude dejar a mi hijo y mi marido en casa para acercarme a ver a mi amiga
Marga. Desde que me dijo el fin de semana pasado que se fracturó el tobillo
esquiando que tenía ganas de ir a verla y comprobar que tal estaba.
Como os decía, Marga es mi amiga desde la infancia. Al contrario que yo está soltera y le gusta presumir conmigo de su promiscuidad. Decir que no se lleva bien con mi marido por esta causa. Mi marido teme que Marga me incite a seguir su promiscuidad y Marga sabe que mi marido la tacha de zorra. Lo peor es que ambos tienen su parte de razón.
El caso es que como sabía que esa
noche sería noche de pijamas entre amigas me puse ropa cómoda para ir a
visitarla. Unos jeans, jersey recio que hacía frío y deportivas.
Enseguida nos liamos a preparar algo
de cena, por supuesto Marga abrió un buen vino para acompañar y entre trago y
trago, nos fuimos contando nuestras cosas. Ya con los postres nos tomamos
alguna copa más. Debo reconocer que a mí se me subió un poco el alcohol
ingerido a esas alturas. Como pensaba tomar un taxi de regreso no le di mucha
importancia y preferí disfrutar de la
estancia en casa con mi amiga. Ya llevaba esa alegría encima propia del alcohol
cuando me dijo:
.-Que pena que no podamos salir
de fiesta esta noche. Tenía ganicas- dijo Marga mientras preparaba un segundo
gin tonic y nos acomodábamos en el sofá del salón.
.-Bueno no importa- quise
restarle importancia al asunto.-Ya saldremos otro día- maticé.
.-Lástima. Me apetecía conocer
algún chico nuevo. Es que llevo un tiempo sin follar y me pica el chichi- Marga
era así de bruta, soltaba las cosas sin pensar.
.-Pero que bruta eres- la repliqué
entre risas.
.- Tengo una idea. Vamos a tener
una cita virtual- dijo algo risueña por la idea.
.-¿Una qué?- pregunté algo
ingenua sin saber en qué locura podía estar pensando.
.-Una cita virtual, ¿no lo has
hecho nunca?- me preguntó sorprendida al verme la cara.
.-Pues la verdad, no- la respondí
con toda sinceridad.
.-Pero carca eres- me dijo al
tiempo que cogía su portátil y lo ajustaba en la mesita frente al sillón en el
mismo salón.
Estuvo un rato tecleando y
buscando por internet mientras yo apuraba mi combinado observándola atónita. Se
conectó en algún chat casi al mismo tiempo que preparaba el tercer gin tonic de
la noche. Reconozco que además del vino de la cena ya me encontraba algo
chispita.
Creo recordar que nos conectamos bajo
el pseudónimo de “conejitas”. Enseguida tuvimos varios intentos de privado pero
no hubo ninguno que nos llamase la atención hasta que alguien bajo el Nick de
“pollon30” nos envió un tímido “hola”.
.-“Hola. ¿Lo de pollón30 es por
los años?”- despertó la curiosidad de mi amiga.
.-“Por supuesto que no, es
cuestión de tamaño”- respondió quien quiera que estuviese al otro lado del chat.
.-“Eso habría que verlo porque
todos los tíos sois unos fanfarrones”- le respondió Marga.
.-“Si quieres comprobarlo con tus
propios ojos envíame un privado”- tecleó en la pantalla.
Mi amiga enseguida cambió de
pantalla. Del otro lado se abrió una ventana donde se veía a un tipo sentado en
una silla tipo gamer, arropado con unos calzoncillos de Kelvin Clain y luciendo
un hermoso paquete. Blanquito de piel, sin tatuajes visibles y unos buenos abdominales
marcando tableta. Vamos un tipo bien, tirando a modelito. Me gustó lo que veía.
.-¿Sois dos?- preguntó al vernos
por la webcam.
.-¿Algún problema?- le replicó mi
amiga.
.-No ninguno, pero esto no es
justo. Yo estoy medio desnudo y vosotras vais vestidas de arriba abajo- se
quejó el tipo al otro lado.
.- Puede que tengas razón. Me
parece justo- pronunció Marga al tiempo que se desprendía del sueter y los
pantalones para quedar tan solo en ropa interior. Lo hizo como si nada, con la
mayor naturalidad del mundo, como si lo de desnudarse frente a un desconocido
fuese de lo más normal en ella. Al menos tuve la impresión que no era la
primera vez que lo hacía, y que además disfrutaba de ello.
Me sorprendió el conjunto de
lencería de mi amiga. Un sujetador negro de encaje a juego con su braguita. Lo
cierto es que lucía realmente sexy. Al menos para ser ropa interior de estar
por casa.
.-¿Y tu amiga?- preguntó el tipo
del otro lado.
.-¿Qué pasa?. ¿No tienes bastante
con lo que ves?- preguntó Marga tratando de retar al tipo.
.-Si quiere ver una buena
polla tiene que desnudarse también-
argumentó de manera más soez y brusca al tiempo que comenzaba a acariciarse el
“pollón” por encima de los calzoncillos.
.-Venga sosa, anímate- me incitó
Marga medio susurrándome y tirando de mi jersey hacia arriba tratando de
desnudarme ella misma.
Yo estaba alucinando con todo
aquello, me encontraba como en una nube. Supongo que el alcohol ayudó lo suyo. Sin
ser consciente de lo que hacía facilité la labor a mi amiga. Me sacó el jersey
por la cabeza y quedé expuesta ante la web en sujetador. Menos mal que Marga
había enfocado la cámara de tal forma que no se nos alcanzaba a ver la cara,
porque en esos momentos me moría de vergüenza. Para colmo mi ropa interior no
era nada sexy. Mi sostén era de esos de
algodón algo infantil pero que me resultaba cómodo.
.-Vamos los pantalones, que se
quite los pantalones- escuchamos la voz que se coló en el salón a través del
micrófono con cierta urgencia y desesperación.
Yo miré a Marga horrorizada con
la idea.
.-Vamos tía no seas mojigata- me
susurró de nuevo tratando de que no nos oyese nuestro amigo y al tiempo que me hacía indicaciones para que
me pusiese en pie.
.-¿De qué vas?- le susurré yo
también tratando de que no se me escuchase.
.-¿Qué ocurre?. ¿No queréis ver
una polla de verdad?- preguntó el tipo desde la pantalla sin dejar de
acariciarse.
.-Es que mi amiga es casada y le
dá un poco de corte- gritó Marga para que se le oyese bien.
.- Pues dile a tu amiga que si no
se quita el pantalón tendrá que conformarse con ver únicamente la pollita de su
maridito- pronunció el muy engreído del otro lado.
.-¿Pero porque le dices eso?-
continúe susurrando a Marga tratando de que no se enterase.
.-Hazme caso no seas tonta- me
cuchicheó mi amiga al tiempo que ella misma me desabotonaba el pantalón y
tiraba de la tela hacia abajo.
.-¿Pero qué haces?, ¡Estás loca!-
me mostré reticente a bajarme los pantalones delante de aquel tipo mientras
forcejeábamos.
.-No sé tú pero yo quiero verle
la polla a ese tío- continúo Marga animándome a bajarme los pantalones entre
susurros y cuchicheos.
.-Yo no- le repliqué a media voz
una vez más.
.-Vamos tía, seguro que después
de todo no es para tanto y podemos burlarnos de él- trató de convencerme. Esta
vez sopesé sus palabras. Puede que tuviera razón. Bien mirado en braguita y
sujetador no enseñaba mucho más que con bikini en la playa.
.-Confía en mí, será divertido-
me susurró mi amiga tratando de que finalmente me decidiera.
.-Estás como una puta cabra, no
sé cómo coño logras meterme en estos líos- me resigné a ceder a las
pretensiones de todos, menos las mías. Así que me armé de valor y yo misma
deslicé mis pantalones tirando de los extremos para llegar a quitármelos con
cierta torpeza.
Quedé expuesta en mis braguitas
de algodón con dibujitos.
.-Nosotras ya hemos cumplido
nuestra parte, ahora déjanos ver eso que tanto presumes- alzó la voz Marga para
que nuestro invitado a la fiesta pudiera oírnos bien.
A través del portátil pudimos ver
como el hombre se puso en pie enfrente de la cámara y sin el menor pudor se
bajaba los calzoncillos mostrando una buena herramienta. Apenas estaba
morcillona y ya le mediría los dieciocho
centímetros.
Yo me llevé las manos a la boca
sorprendida por semejante polla. Marga en cambio trató de burlarse del tipo.
.-¿Eso es todo?- le preguntó. –Ni
tan siquiera la tienes dura- lo incitó a que hiciese algo más.
El tipo se sentó sobre su silla
tipo gaming y empezó a meneársela de tal forma que poco a poco la cosa se le
fue poniendo más dura. Yo alucinaba con lo que veía.
.-Entenderás que las braguitas de
tu amiga la casadita no ponen nada- reaccionó así a la provocación de mi
compañera.
.-Venga machote, no pongas
excusas, queremos ver tu cosita bien dura- le picó al tipo.
.-Pues tendréis que hacer algo
que me ponga más cachondo- se excusó.
.-¿Ah sí?, ¿cómo qué?- preguntó
Marga.
.-Dile a tu amiga que me enseñe
las tetas- soltó de golpe aquel desconocido.
.-¿No te sirven las mías?-
preguntó Marga al tiempo que se despojaba de su sostén disfrutando de exhibirse.
Mi amiga estaba en su salsa pero yo desde luego estaba como hipnotizada, mejor
dicho “idiotizada”.
.-No están mal, pero quiero verle
los pechos a la casadita, ¿por qué la de las braguitas de algodón es la casada
no?- quiso asegurarse el mamarracho.
A esas alturas de la película el
tío se estaba pajeando a base de bien, empezaba a estar excitado y ya la tenía
medio dura. Desde luego a mí si me parecía un “pollón”, en cambio a mi amiga
parecía no impresionarla el tamaño de la verga.
Marga me miró pidiéndome con la
mirada que accediese a la petición de pollón.
No sé porque lo hice pero lo
hice. Tal vez fascinada y seducida al ver como aquel desconocido se meneaba la
polla a través de la pantalla y su “cosita” iba adquiriendo un tamaño
considerable. Llevé mis manos a la espalda y soltando los ganchillos del sostén
procedí a quitarme el sujetador mostrando orgullosa mis tetas.
.-Joder que tetas más ricas-
soltó el tipo del otro lado.
.-Son preciosas- dijo acelerando
el ritmo de su paja.
.-Anda bonita, acércate un
poquito más a la cámara que quiero verte bien esas tetas tan ricas que tienes-
pronunció totalmente excitado meneándose frenéticamente la polla que ya estaba
bien dura para el asombro de mis ojos.
Hice como me ordenó. Me alagó que
se dirigiera a mi, y no prestase atención a mi amiga. Era como si hubiera
ganado un concurso de belleza contra mi amiga de toda la vida. Por un momento
disfruté la situación de sentirme la elegida. Ya solo por fastidiar a Marga que
le seguí el juego.
.- Como me gustaría tener mi
polla entre esas tetas- decía la voz masculina del otro lado mientras su paja
adquiría un ritmo frenético.
.-Anda nena, tócatelas un poco
para mi- casi me suplicó.
Accedí. Tal vez por su tono de
voz, por su excitación, su sinceridad, el caso es que comencé a tocarme los
pechos para aquel desconocido. Además estaba el lado Marga. Quería
sorprenderla, quería que viese que no era tan mojigata como se pensaba de mi.
.-Joder son preciosas. Que tetas
más ricas tienes- se le notaba verdaderamente excitado.
Me gustó provocarlo.
.-¿Te gustan?- le pregunté
siguiéndole el juego.
.-Como me gustaría sobarte ese
pedazo de tetas. Menuda suerte tiene el cabrón de tu marido- me soltaba cosas
por el estilo que a mí me encendían. Tal vez su lenguaje soez o tal vez el saber
que estaba haciendo gozar a un desconocido que sin querer comencé a acariciarme
por debajo de mis braguitas. Tal y como estaba enfocada la cámara pensé que
quien se encontraba del otro lado no lo notaría pero me equivoqué.
.-¿Te estás tocando guapa?- me preguntó
interrumpiendo su paja.
No supe que decir. El tipo
insistió.
.-¿Tú también te está tocando?-
cuestionó de nuevo.
Permanecí callada.
.-Anda enfoca la cámara un poco
más lejos. Quiero verte de cuerpo entera- pidió el tipo con la clara intención
de verme masturbándome.
Esta vez fue Marga quien se
encargó de enfocarme tal y como el tipo solicitaba.
.-Eso es mejor así- dijo el tipo
al tiempo que reanudaba su paja.
.-Estas muy buena, ¿lo sabes?- de
nuevo se metió en la dinámica de masturbarse mientras soltaba soeces por la
boca.
.-Anda tócate, continúa
tocándote- me incitó a masturbarme delante suyo.
Yo deslicé mi mano tímidamente
por debajo de la tela de mi braguita y con cierto pudor comencé a acariciarme
el clítoris. Pude notar mis labios mojados. Reconozco que todo aquello me
estaba poniendo francamente cachonda.
.-Como me gustaría follarte.
Tienes que follar de puta madre. Te iba a dar candela todos los días. Menuda
pinta de zorra en la cama que tienes-
decía el muy cerdo mientras se masturbaba para deleite de mis ojos.
En verdad que estaba sorprendida
por el tamaño de aquella polla. Por momentos pensé que debía ser cosa del
enfoque de la web o algún tipo de filtro. El tipo se regocijó de verme en mi
estado y comenzó a preguntar…
.-¿Te gusta mi polla?, ¿eh?,
¿dime?. ¿Te gusta mi polla?- preguntaba a través de la cam.
Yo permanecía callada pero comenzaba
a tocarme con algo más de descaro y falta de pudor. Uno de mis dedos comenzó a
hurgar en mi interior. Estaba lo suficientemente empapada como para que se
deslizase en mi interior.
.-Eso es putita, tócate, tócate
para mí. Joder que buena estás. Como te follaría. ¿Te gustaría?. ¿Te gustaría
que te follase con esta polla?. Vamos, dime guarra, ¿te gustaría que te metiese
mi polla hasta el fondo?- el tipo no dejaba de decir groserías.
.-Vamos dime, ¿te gustaría que te
follase con esta polla?, ¿eh?, vamos dime, quiero escucharlo de tu boca- el tío
insistía.
.-Uhmmm, si joder- musité al
mismo tiempo que me penetraba con dos de mis dedos.
.-Ya lo sabía yo, con esa cara de
zorra que tienes estaba seguro de que te gustaría que te follase con mi polla.
Seguro que tu marido no tiene ni la mitad. Por eso te gusta verme la polla.
Porque te imaginas todo esto dentro tuyo. Estoy seguro que estas a punto de
correrte ¿eh?. Zorra. ¿Te vas a correr?, ¿te vas a correr pensando en mi
polla?- se notaba que el tipo disfrutaba soltando groserías y majaderías.
.-No te he escuchado zorrita. ¿te
vas a correr?, ¿te vas a correr para mí?- el muy cerdo podía contemplar cómo me
masturbaba frente a la webcam de manera frenética por todo cuanto acontecía.
.-No te escucho, dime, ¿te vas a correr?. ¿Te vas a correr?- supe
que no iba a parar de preguntar hasta que le contestase.
.-Joder si. Me voy a correr, me
gusta tu polla. Me voy a correr viendo ese pedazo de polla que tienes- ni yo
misma podía creer que hablase de esa manera pero qué queréis que os diga, que
en esos momentos no era yo quien fuera responsable de mis actos.
.- Así me gusta zorrita, que te
corras pensando que es mi polla la que te folla. Te gustaría ¡eh?, te gustaría
que te follase como no te folla tu marido. Anda que… menuda puta estas hecha.
Déjame ver, déjame ver cómo te corres. Quítate esas ridículas braguitas de
algodón que llevas y déjame ver cómo te metes los dedos pensando en mi- ordenó
a través de la pantalla.
Yo cerré los ojos y comencé a
masturbarme con violencia y con urgencia. Quería correrme antes que él y
ahorrarme darle el espectáculo. Es más, lo necesitaba. Necesitaba correrme y
acabar con toda aquella locura.
Fue Marga quien arrodillándose en
el suelo a mi lado tiró de los laterales de mis braguitas para sorpresa mía
arrancándome las braguitas hasta deslizarlas a medio muslo. Juró que no tenía
consciencia de lo que estaba haciendo mi amiga mientras duró mi trance hasta
ese momento.
.-¿Qué haces?- le espeté a mi
amiga sorprendida por su actuación y por verme prácticamente desnuda frente a un desconocido aunque fuese a través
de una pantalla de ordenador.
.-Vamos tía no lo jodas, quiero
ver como se corre ese capullo- argumentó mi amiga. Y antes de que pudiera darme
cuenta estaba deslizando mis braguitas por mis tobillos para terminar de
quitármelas.
.-Eso es zorrita. Déjame ver.
Déjame ver ese coñito de casada que tienes- medio ordenó medio suplicó.
Yo cerraba mis piernas pero Marga
desde su posición ejerció más fuerza y me forzó a abrir mis piernas de par en par
ofreciéndole a aquel desconocido una visión más que generosa de mi intimidad.
.-Joder, si lo llevas depiladito
y todo- exclamó nada más contemplar la fina tira de pelillos que decoran mi
pubis.
.- Y yo que creí que lo llevarías
bien peludito. Menuda zorra. Apuesto a que deseabas enseñármelo. Y te hacías la
estrecha. Casi me lo creo. Anda ábrete bien de piernas y déjame ver cómo te
metes los dedos- de nuevo subordinada a
sus órdenes me abrí de piernas ante la webcam y me fui metiendo los dedos poco
a poco follándome con ellos.
.-Eso es zorrita, muy bien, lo
haces muy bien. Como me gustaría ser yo quien te metiese la polla hasta el
fondo. Quiero ver cómo te corres. Córrete lo oyes. Quiero que te corras
pensando en mi polla- el tipo no paraba de decir soeces que sabía me
calentaban.
.-Siiih- un tímido gemido se
escapó de mi boca al tiempo que un primer espasmo recorría mi espina dorsal.
.-Eso es putita, córrete, córrete
pensando en mi polla- dijo del otro lado incrementando el ritmo de su
masturbación.
.-Me corrooo- musité tímidamente
una primera vez mientras que un segundo y tercer escalofrío arqueaban mi
espalda y contraían mi vientre.
.- Me corrooo- avisé mientras
cerraba los ojos, me abandonaba al placer y varios espasmos recorrían mi espina
dorsal, arqueaban mi espalda y me habría de piernas todo cuanto podía tratando
de disfrutar el momento.
Aún no había terminado de
correrme cuando abrí los ojos casi sin querer
para contemplar como la enorme polla que se mostraba en pantalla
eyaculaba un primer salpicón de esperma sobre su teclado. Aquella visión tan
deseada logró que mi orgasmo se prolongase un poco más, logrando que fuese más
intenso y duradero de lo normal. Al menos así lo recuerdo.
Aún estaba tratando de recuperar
el aliento cuando una segunda sacudida de esperma salpicó la pantalla. Le
sucedió una tercera, una cuarta y una quinta. Yo que tampoco había visto en mi
vida eyacular tanta cantidad obtuve un último espasmo que me erizó los pezones
y me supo a gloria dejándome una sensación de satisfacción como nunca antes
había experimentado.
.-Joder, ha sido una pasada-
exclamó quien quiera que estuviese al otro lado de la pantalla.
.-Esto tenemos que repetirlo- se
le veía emocionado.
Yo por mi parte me recuperaba de
tan brutal orgasmo, mi respiración se normalizaba y mi cuerpo comenzaba a no
estar tenso. Fue entonces cuando fui consciente de que mi amiga Marga se
encontraba a pocos metros de mi posición. La pude ver en braguitas grabándolo
todo con su móvil.
.-¡¡Pero qué haces!!!- la grité
al tiempo que bajaba la pantalla del ordenador dando por zanjada la sesión sin
despedirme agradecidamente ni nada de quien estuviese al otro lado tratando de
quitarle el móvil a mi amiga.
.- Dame eso ahora mismo- me
abalancé sobre ella tratando de hacerme con su celular con la intención de
borrar cuanto hubiera grabado.
.-Ni lo sueñes, ya verás la cara
que pone tu marido cuando lo vea- dijo con la clara intención de provocarme
llevándose las manos y el móvil a la espalda para que no se lo quitase.
No era la primera ni sería la
última vez que me pelease con mi amiga medio desnudas las dos, pero si que fue la primera vez que advertí un
brillo especial en sus ojos cuando nuestros cuerpos desnudos se rozaron en la
contienda por hacernos respectivamente con el móvil de la discordia.
Ella corrió a encerrarse en uno
de los cuartos de baño, para cuando salió yo ya estaba vestida y algo más
calmada. Salió del baño sin el celular. No quise darle mayor importancia.
Esperé al transcurso de la noche para entrar al baño y registrarlo con la
intención de encontrar el móvil y borrar la grabación, pero para mi desgracia
donde quiera que lo hubiera escondido estaba bien oculto y no dí con él.
Besos,
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